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El conspiranoico

  • Foto del escritor: Belén Jiménez
    Belén Jiménez
  • 7 may
  • 3 Min. de lectura



- ¡Buenos días! ¿Cómo estáis queridos conspiradores? Hoy me asomo por este humilde canal de YouTube para hablaros del terraplanismo. ¡No, no, y no! Esto suena demasiado directo-. Dice Fran frustrado.


- ¡Hola conspiradores! ¿Podéis asegurar al cien por cien que la tierra es redonda? ¿Y si os dijera que hay teorías muy interesantes que indican que es plana? Lo que veis desde la ventanilla del avión es un efecto óptico y las imágenes que ofrece la NASA son falsificaciones muy bien elaboradas. Pero hay muchas más cosas que demuestran que Galileo se equivocó del todo.


Fran para la grabación. No está inspirado y este vídeo tiene que ser de los mejores. Necesita más pruebas para demostrarlo. Se acerca al ordenador y se pone sus gafas amarillas para evitar que la luz azul, tan nociva, dañe sus retinas y su cerebro. Comienza a buscar información y le llega una notificación a su móvil. Es de su canal preferido de Telegram titulado ‘Las marionetas de la élite’. La información trata sobre como las estelas, que dejan los aviones mientras vuelan, están afectando al cambio climático y fumigando el planeta. Ese es otro tema que podría investigar para el canal, piensa. La gente tiene que saber lo que está pasando.


Se abre la puerta y Lorena entra en casa. Fran desactiva la conexión wi fi y los datos del móvil para que nadie los escuche.


- Hola cariño. ¿Qué tal el día en el banco? A propósito, me ha pasado una fuente de mi comunidad una historia muy interesante sobe las farmacéuticas y el Banco Mundial que…


- ¡Para ya, Fran! Si me cuentas alguna trama más sobre cómo la élite mundial nos manipula, te tiro el bolso a la cara. Por supuesto, no has hecho la comida-. Dice acercándose a coger un vaso del armario.


- No me ha dado tiempo, estoy hasta arriba con la investigación de los terraplanistas. Muy interesante, a propósito. Tiene sentido lo que dicen. Cariño, no bebas el agua del grifo. No te imaginas todo que lleva. Ya sabes que tienes una jarra de agua en la nevera con el filtro de cristales de cuarzo.


Lorena suspira.

- Mira, Fran. Creo que es un buen momento para que hablemos. Las cosas no están bien entre nosotros.

- Pero ¿Qué dices, cariño? Si estamos mejor que nunca. Llevamos más de tres años…


- He conocido a otra persona.


Fran se queda petrificado en un principio. Después dice:

- Pero ¿Cómo es posible? ¡En el banco sois casi todas mujeres y casadas! Ha sido en el gimnasio ¿Verdad? ¡Lo sabía! Eso que estás tomando para muscularte que te recomendaron allí lleva seguro alguna hormona que te está alterando. ¿No lo ves? Así gana el gimnasio y esas empresas de suplementos vitamínicos.


- Llevo cinco meses sin pisar el gimnasio. ¿Es que no te enteras? Le conocí tomando café al lado del banco. Está en el paro y no tiene ninguna historia retorcida que contarme. No te imaginas lo estimulante que es eso. A lo largo de la próxima semana recogeré mis cosas. No te preocupes, te puedes quedar la jarra de agua.


Lorena se acerca y le da una palmada en la espalda con delicadeza.

- Lo siento, Fran. A veces las cosas son muy simples.


Sale por la puerta y él se queda inmóvil. Acto seguido, Fran coge el vaso que ha dejado encima de la mesa abre el grifo y se bebe el agua de un trago.

 

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